La necesidad de explorar la belleza del mundo a veces enloquece. La fotografía es una buena manera de descargar esa sensación casi psicodélica, asi es que como siempre, con mi simplecita pero noble camarita compacta fuí a la caza de esas pequeñas pero maravillosas obras de arte que están ahi mismo, en donde menos nos imaginamos.
Que disfruten....
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