miércoles, 24 de junio de 2009

Hablemos de las imágenes de doble filo.

Es evidente de que la belleza exterior no es la más interesante en el momento de buscar una persona con quien compartir, inclusive en niveles íntimos. Pero vamos a ser sinceros “Es fundamental para un primer paso” y es un elemento activo en la selección de con quién compartir en nuestros ratos libres, o contar secretos, o iniciar una relación, etcétera, etcétera. Pero el tema es, ¿A que altura de credibilidad las imágenes de nuestros “amigos web” se nos presentan para confiarnos e imaginarnos plenamente en ellos?.

Con el auge de la tecnología, de las modernísimas cámaras fotográficas, de las herramientas informáticas, de los programas de diseño, resulta facilísimo hoy en día mejorar las imágenes de las personas, borrando, tapando, atenuando, modificando, cualquier tipo de detalle visual en características jamás pensadas. O en todo caso desde que ángulo, perfil o toma fue proyectada la imagen para su difusión.


Es importante aclarar que el ser humano inherentemente es un ser imaginativo e idealista, capaz de proyectarse acciones en base a pequeñas realidades diarias. En todo caso podíamos afirmar que la mayoría de nosotros nos ilusionamos fácilmente, cosa que no está demás pero debería de ser regulada para evitar ciertas frustraciones futuras y en el caso de las imágenes de doble filo sería aún mas relevante.

Todo esto puede parecer un poco innecesario o en todo caso bastante secundario, pero sería de gran ayuda para evitar ciertas metiditas de pata que nos pudiera ocurrir.

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